Dicen que el cuerpo humano tiene 100.000 kilómetros de vasos sanguíneos.
No sé. Nunca me he abierto en canal para comprobarlo. Y me gustaría.
Me encantaría poder mirarme con un espejo e inspeccionar los cables que sobreviven en mi interior. Ver qué pasa si los desconectas uno a uno.
¿Cuánto tiempo tardarías antes de dar con la clave que desactive la máquina? ¿Cuál de ellos es el interruptor definitivo? ¿Cuándo ya no hay vuelta atrás?
Kilómetros y kilómetros de conexiones sanguinolentas para mantener encendida y activa a la bestia.
Así de sencillo. Así de frágil y extraño.
Obra de; @robertoferri_official
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