No por casualidad estaba sonando esa canción en el momento exacto.
All around me are familiar faces.
Un mundo entre Bohindra y Bridgewater.
Golpean la puerta.
¿Dónde se van las premoniciones?
Mad world, mad world.
Ilustración; @oscarbometon
No por casualidad estaba sonando esa canción en el momento exacto.
All around me are familiar faces.
Un mundo entre Bohindra y Bridgewater.
Golpean la puerta.
¿Dónde se van las premoniciones?
Mad world, mad world.
Ilustración; @oscarbometon
La extraña sensación de un insecto trepando por mi cuello repiquetea mi mente.
La tortura. La sodomiza con una pulsión sádica.
No sé en qué momento las aves decapitadas al pie de altares abandonados decidieron ser cuervos.
Sangre. Sudor. Silencio.
Imagen de; @kaira.work
Decían que venía de un lugar donde el sol quemaba los ojos y la arena hablaba en un idioma que costaba entender.
Se comunicaba con los espectros.
Le acusaron de apropiarse del chisambe a través de medicinas extraídas de los órganos de los muertos. Por eso se marchó.
Entonces, se convirtió en criollo y se dejaba ver por los bajos fondos de Nueva Orleans.
Con su colilla entre los dientes y sus gafas tintadas que impedían conocer el color de sus ojos.
Algunos decían que no tenía. Que habían desaparecido cuando vendió su alma.
Tocaba cada noche.
En la misma esquina.
Solo.
La misma esquina. La misma melodía de jazz.
Imagen de; @lord.cah
La melodía que salía del viejo trovador parecía llamar con su eco ancestral a lamias sepultadas por el tiempo.
Un acordeón boscoso se estrellaba contra la fortaleza de pinos y espigas.
Sillas invisibles. Sentimientos secretos. Ocultos.
Y, al fondo, el espectáculo dentado de la nada.
Dibujo de; @lord.cah
El humo del incienso se dispersaba, silencioso, junto a la custodia.
Su olor penetraba entre el cemento y llegaba a nublar los pensamientos.
El sanador movía sus manos con grandes aspavientos, exagerados a ojos de los profanos, para incrementar el efecto del ritual.
Sobre su cabeza, un cordón anudado acompañaba sus palabras….todo lo que vea, que crezca, todo lo que toque, se desvanezca.
No aceptaba dinero. Ni agradecimientos. Se sentía tocado por la gracia divina.
En otros tiempos, te habrían quemado. Se lo decía de forma respetuosa, pero firme.
Todos tenemos secretos que es mejor guardar. A poder ser, a dos metros bajo tierra y sepultados por una losa de silencio y granito.
Imagen de; Debra Hurd Art
Los últimos restos de carne se desprendían del cráneo secado al sol.
El sudor resbalaba por su frente, perdiéndose entre los amuletos de plata que adornaban su pelo recientemente trenzado.
Invocaba a todas las almas del purgatorio.
Grimorios, hechizos.
Onírico.
Jardín de flores curiosas y sueños rotos.
Quemados en ordalía.
Sabor a beleño.
Lo veo tan claro y, aun así, no puedo aceptarlo.
Que, como la marea, vas y vienes en silencio, sin dar una explicación indebida y solícita.
Eres nítida y opaca. Herejía.
Como decía la santa….si has nacido para morir de amor, ¿qué te importa todo lo demás?
Y, sin embargo, tu patético recuerdo no consuela. Flagela. Espina. Arde.
Vuelve, marea, para hundirte en el mar.
Dibujo de; @lord.cah
Sus ojos, oscuros, ciegos y penetrantes, miraban a la eternidad del que se sabe condenado.
Apenas poseía unos harapos ennegrecidos y pestilentes, que fueron cobija y mortaja.
Adoradora de Belcebú. Tres sierpes y tres serpientes. Tres golpes de chapín.
Conventículo hermético y candente.
Nadie levantó la voz cuando el tornillo aplastó su nuca vulnerable y desnuda.
Solo una sombra, cuando sus huesos eran ceniza, comulgó.
Obra de; @lord.cah
La grasa de cerdo goteaba, mezclándose con los restos de alcohol, sangre y cristales rotos.
Parafilias nocturnas y sombras acechantes aguijoneaban una perversión lubricada de inmoralidad, vicio, pecado y desenfreno.
La corrupción de la carne. La piel de los peces, como decía ella.
Desangrado por el aparecido de las sombras de García Montero y Werner Herzog.
Diario de sangre y fuego.
Sed, idolatría y letargo.
Imagen de; Nastassja Nikitina.
La joya en su vientre desnudo.
Me parecía que todo era artificial.
Que todo giraba de forma confusa alrededor de una mesa donde los libros de Arthur Miller y Misaki Takamatsu se dispersaban para darme calor.
Esa era su extraña forma de callar.
De callar y olvidar.
Otra vez la joya. Otra vez desnuda.
Fotografía de; Malika Diagana
A simple vista, solo podía sentir tristeza.
Una mano casi invisible, un columbario vacío y tres desconchones en la pared.
Él era el pastor que cuidaba de su rebaño. Hasta de las osamentas despojadas de la carne con alcohol y agua hirviendo.
Allí, todo tenía el aspecto de un trampantojo medieval.
Me acordé entonces de las palabras de Schmitt. Al acercarse a ella, tenía la impresión de estar entrando en una capilla.
Luz y silencio. Y formol.
Obra de; @lord.cah
Equilibrio. Contrapeso.
Carne contra carne. Caníbal, incestuosa.
El frágil y delicado balance de los Lauenstein.
Justicia que raya en la locura.
Patria violenta. Patria irreal.
Obra de; Yves Klein
Miraba con una altanería impropia de su condición.
En realidad, él se sentía un arlequín preso durante el miércoles de ceniza.
Un personaje esbozado por un pintor romántico.
Estaba empeñado en negarse a sí mismo. Ser un canto litúrgico dominical.
Como decía la escritora, era el personaje que algún poeta maldito creó y ahora vaga por el mundo.
Vagar. Le encantaba ese concepto. Andar libre, desordenado.
Ella tenía razón. Porque, al final, todo se resume en una sola idea; destrucción o voluntad de ser mariposa.
Obra de; @lord.cah
No puedo evitar mirarte, como dice Carlos Salem, con cierta curiosidad incandescente.
Un estanque de sombras refleja los veinte mares de la luna en tus ojos.
Formas intencionadamente difusas, producto del subconsciente.
Mariposas. Demonios.
La inquietud de tu arte.
Obra de; @lord.cah
Eres un tipo extraño.
Lo dijo mientras miraba con auténtico asco la delicada caja transparente donde una ración de grillos ortópteros luchaba por sobrevivir.
Si tú supieras....
Me vino a la mente la frase del personaje de Wittkop....hay ciertas verdades que escandalizarían a un espíritu rudimentario.
En realidad no me alimento de ellos. De hecho, siento fobia.
Por eso los colecciono. Los guardo junto a mí. Para recordarme que podría ser un insecto.
Querría ser un insecto. Uno de esos que buscan encontrar otros seres como él. Que buscan una señal que les diga que no están solos.
Tú no puedes entenderlo.
Obra de; @lord.cah
En el escaso trayecto que tenía por delante, me preguntaba cuál de todas sería ella.
La anciana recepcionista que siempre me miraba con un extraño e inquietante recelo cuando traspasaba el umbral de los cristales, casi siempre al caer el ocaso.
Las jóvenes orientales que masticaban y casi deglutían su comida a la luz de los fogones en una atípica noche casi primaveral.
Una voz anónima y desfigurada que se escapaba de una ventana entreabierta, reclamando un regalo que nunca llegaba. Las horas huían del sonido de la droga, de un barrio que se resistía a dejar de ser periférico.
Aquella cuyas palabras, como decía Joyce, eran los dedos que recorrían mis cuerdas.
Ella no era ninguna. O quizá todas al mismo tiempo.
Obra de; @lord.cah
Alguien se preguntaba hace años dónde quedaban los sentimientos inconclusos.
Y fue a orillas de aquel lago estancado y enfermizo cuando esa misma pregunta empezó a turbar mi mente.
Exactamente allí. Ojeando de forma clandestina y consentida al mismo tiempo los bocetos de un cuaderno y de una vida que, sin saber cómo, se habían convertido en un enigma.
Enigmas. Verdades y mentiras.
Como decía Cohen, mantén la llama, pues la verdad es diminuta comparada con las cosas que aún tienes que hacer.
Obra de; @lord.cah
Ardiente morenía calcinada, que diría Aleixandre.
Agua corriente, turbia, en el fondo de un vaso de tequila.
A tu lado, siento nostalgia de lo que no he vivido.
La ceniza de tu pelo disemina esos momentos.
Los destruye. Es cruel e insensible.
El ámbar, tu ámbar, se cristaliza en otra esencia.
Vive y muere en otro cuerpo.
Una fina capa de silencio y desierto.
Obra de; @lord.cah
Un humo líquido, espeso, opacaba su cuerpo.
Apenas se podían adivinar los trazos de sus pechos. Como en la neblina que sucede al sexo más desaforado y salvaje.
Ir y venir. Esa era la clave.
Como decía Borja Sémper...."cómo te vas sin quererte ir, cómo vienes sin terminar de llegar"....
Obra de; @manuelfiestas
Sus pies desnudos acariciaban la hierba. Quizá por primera vez.
Me encontraba anulado en una discusión estéril, y ella analizaba cada gesto con su instinto eutérpico-dionisíaco.
Recordaba cuánto le gustaba la naturaleza. Ella era, como decía Borja Sémper, de pisada fuerte.
En lo alto, el ocaso avanzaba lento, de la mano de una bandada de cuervos que devoraban los restos de un orgasmo de emociones sucias y decadentes.
Sentí, nuevamente, que bastaba fijarse en sus ojos para entender que mis labios eran solo hojarasca, madera que no podía obviar su condición cadavérica entre los trazos verdes-mortecinos, piel gastada.
Y una voz retumbando en mis pensamientos; levanta la cabeza, porque todo acaba de empezar.
.......
"Un carroussel de topes, un límite o verbena,
una velocidad hecha de gritos,
un color, un color hecho de estopa,
por donde una voz bronca escupe esparto".
Vicente Aleixandre
Obra de; @lord.cah