viernes, 31 de diciembre de 2021

Polvo


 

Se lo dije en un tono excesivamente serio, mientras miraba una vez más ese lunar ubicado estratégicamente entre unos ojos en los que era imposible no perderse, y el lugar exacto donde los besos aún tienen un significado inocente.


Los traumas infantiles dejan huella. En serio.


Ella no lo negaba, pero su mirada seguía perdida en el espacio intermedio entre los sueños y la realidad. Aún llevaba esas botas que tanto me gustaban.


¿Tú también puedes oír el sonido de los huesos transformándose en polvo?


Sí. Definitivamente, los traumas dejan huella.


Obra de; @lord.cah 

viernes, 24 de diciembre de 2021

Nefilim


 

La encontré en el granero, encima de una capa de abono reseco, mirándose en el reflejo de los cristales rotos dispersos por la pared de ladrillo desnudo.


Sonreía con una mueca muda y vacía. No podía parar de mirarse, casi obsesivamente.


Bruja. Bruja. Maldita bruja.


Aduladora del maligno, súcubo engendro, hija de los nefilim.


Los exabruptos esputados con odio no la alteraban lo más mínimo.


Giró la cabeza de forma lenta, casi mecánica, para mirarme a los ojos.


Para mirar cómo una brecha de sangre se abría a lo largo de mi cuello, llevándose por delante, en un torrente lascivo, venas y arterias.


De mis ojos no brotaba maná, pero sí una deliciosa cascada rojiza. Tóxica. Contaminante.


A lo lejos, ella sonreía. Con su mueca, muda y vacía.


Bruja. Hija de los nefilim. Mi esperanza.


Fotografía de; @manuelfiestas 

viernes, 10 de diciembre de 2021

Mártir


 

Era comprensible, porque la bandeja era enrejada.


Lo que realmente me sorprendía es que nadie se hubiera fijado que ese santo estaba decapitado.


La codicia por hacerse con los últimos ejemplares había hecho involuntariamente mártir a esa figura.


Desesperadamente, busqué los restos mortales de su cabeza para darle digna sepultura o acogida, que para mí era lo mismo, en algún rincón de mi estancia que tenía poco de sagrada.


Pero ahora, en ese desmembrado estado, él tampoco lo era.


Siempre me han obsesionado los elementos mutilados, desfigurados.


Los marginados a los que cantaba Luis Antonio de Villena.


Quizá porque me vea reflejado en ellos.


Obra de; @lord.cah 

viernes, 3 de diciembre de 2021

Fuego


 

El óxido y la tinta mojan los labios.


Notaba cómo disfrutaban torturando. Día tras día.


A veces, silbaban aprovechando el eco del sótano para hacerse notar.


Sabían que, en un lugar así, un pequeño ruido se amplifica hasta tronar y hacer que las paredes de hueso fino, calcáreo, tiemblen.


Es en ese momento de miedo y debilidad cuando recordaba la balada....mi casa está en llamas, y todos se han ido...todos excepto uno.


Todos excepto uno. Todos excepto tú, que apareces entre las nieblas de la nada.


Me coges y me recoges.


Porque mi casa está en llamas.


Obra de; @lord.cah