El óxido y la tinta mojan los labios.
Notaba cómo disfrutaban torturando. Día tras día.
A veces, silbaban aprovechando el eco del sótano para hacerse notar.
Sabían que, en un lugar así, un pequeño ruido se amplifica hasta tronar y hacer que las paredes de hueso fino, calcáreo, tiemblen.
Es en ese momento de miedo y debilidad cuando recordaba la balada....mi casa está en llamas, y todos se han ido...todos excepto uno.
Todos excepto uno. Todos excepto tú, que apareces entre las nieblas de la nada.
Me coges y me recoges.
Porque mi casa está en llamas.
Obra de; @lord.cah
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