Del cielo a la tierra.
Deshecho, sin mancha,
nadando en tu cama.
Sin manta ni cuerpo,
besando tu alma.
Dibujo; Jesús de Perceval.
Del cielo a la tierra.
Deshecho, sin mancha,
nadando en tu cama.
Sin manta ni cuerpo,
besando tu alma.
Dibujo; Jesús de Perceval.
Hago guardia bajo los luceros,
de tus ojos claros,
puros y eternos.
La luz refleja un mundo en ellos,
y una constelación de versos
estallan sueltos.
Ya no quedan argumentos.
La soledad se da la vuelta.
El corazón no va por dentro.
Despacio, en silencio.
Una vez por semana.
No entiendo tu lamento.
Como un vidrio opaco.
En silencio consumo,
la luz del ocaso.
Apago las velas,
acorto los pasos.
Y entierro en el hielo,
el último salmo.
Créame en los sueños de la realidad.
Construye un mundo de fantasía,
en la apariencia de lo irreal.
Créame y construye mi alegría.
Inventa, y nunca dejes de crear.
Encerrado contigo en Monadia,
mis ojos supuran veneno.
No vengo a sanar tu mirada,
pintada de azufre en el lienzo.
Y hoy es cuando me haces falta,
a la sombra de la torre negra,
y del camino eterno,
echo de menos tus alas.
Siento que no soy eterno,
que me han arrancado mi alma,
que soy como un cáliz de hielo,
y tú me derramas sin ganas.
Lilith condenada al destierro,
por no rendir su mirada,
la luz arrancada del cielo,
tinieblas que no sienten nada.
Me hundo en un mundo onírico,
donde me ahoga la sombra de mis palabras.
Y una transfusión de tu vida,
me devuelve el aliento y la calma..
Foto; Ruinas abandonadas. UAM.
Abstracción del sonido del agua,
que enloquece al sentir tu mirada.
En un mar de demonios sin alma,
que me empujan a un fuego que abrasa.
Poesía, es tomar aire frente al mar.
Devolver la vida a tus pulmones,
levantar las alas, y volar.
Poesía, es sentirte si no estás.
Destrozar recuerdos junto al fuego,
pervivir despierto en soledad.
......
"La poesía es como el viento, o como el fuego o como el mar". José Hierro
Me arranco, capa a capa, hasta la última esperanza.
Corto a jirones las venas de mi piel.
Por donde fluye la última oportunidad de mi locura,
y donde queda el resquicio de mi ser.
No hay nada más triste en esta vida,
que ser un hongo de ciudad.
Todos te miran con desprecio,
y no vales ni la tierra en la que estás.
Un bicho, rechazado por el mundo,
que sobrevive marginado en soledad.
No hay cosa más penosa en la existencia,
que ser un éter de ciudad.
Noches de lluvia fina, mente alada y corazón enfermo.
Noches de salir volando, elegir destino y renegar del cuerpo.
Noches, de viajar muy lejos, desdoblar tu mente, y encarar tus miedos.
Dibujo; El fantasma de Kohada Koheiji de Katsushika Hokusai.