La melodía que salía del viejo trovador parecía llamar con su eco ancestral a lamias sepultadas por el tiempo.
Un acordeón boscoso se estrellaba contra la fortaleza de pinos y espigas.
Sillas invisibles. Sentimientos secretos. Ocultos.
Y, al fondo, el espectáculo dentado de la nada.
Dibujo de; @lord.cah
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