martes, 30 de marzo de 2021

Cueva



La vida valía muy poco fuera de aquel agujero. Bajó hasta la cueva. Un lugar oscuro, húmedo, estrecho, cerrado.


Un eremita de otro tiempo que encontraba en el silencio un refugio. Una fuente de inspiración.


Y allí, con el único sonido de sus pensamientos, le encontró. Estaba muy escondido. Se accedía con dificultad, penetrando en lo más profundo de su alma torturada.


Su pierna destrozada le condujo con dificultad, después de enfrentarse a sus propios fantasmas. A sus miedos más inconfesables. Pero llegó.


Entró y nunca más salió de aquel lugar. Al menos no en forma corpórea. Su cuerpo quedó enterrado para siempre entre las rocas, y salió transfigurado en otra cosa.


En una sombra.


El pecado era más fuerte que él. La tentación. Cuerpo. Alma. Cáliz de fuego. Hielo. Hielo. Veneno.


Y, finalmente, la paz eterna. El silencio.



Fotografía de; Xavi Calzada

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