Como el profeta, ella hacía nuevas todas las cosas.
Sus letras, que tenían un eco a Bukowski, Pla y Waits, eran un verso suelto.
Sus alas eran una guitarra rasgada con uñas de terciopelo. Delicada, suave.
Dueña de una voz vaporosa que sabía a jardines de hierbabuena.
Wicca, hechicera y asceta.
Serpiente enroscada de fuego. Luces, estrellas y velas.
Obra de; @lord.cah
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