lunes, 2 de agosto de 2021

Tiempo


 

Era como un aguijón. Poco a poco, me inyectaba una dosis más de su veneno.


Yo no notaba el dulce néctar del sueño eterno, pero cada día me suministraba un poco más de él.


A medida que pasaba el tiempo, estaba un poco más muerto, y sin embargo yo me sentía cada vez más vivo a su lado, más a salvo.


Sus palabras cada noche susurrando obsesivas pasiones.


Veneno. Muerte. Dolor y amor eterno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario