jueves, 8 de abril de 2021

Alféizar


 

Cada mañana se posa en el alféizar, mirándome con esos diminutos ojos.


Yo le devuelvo la mirada y se inicia así un diálogo de almas en el que nadie dice nada. Supongo que ella no quiere mucho, alguna migaja del desayuno, pero su manera de inclinar la cabeza a la velocidad de los rayos de luz que dibujan su sombra proyectada en la repisa, me intriga. Y me inquieta.


Ella no piensa nada, no dice nada. Soy yo el que echa su imaginación a volar.


Pienso que me gustaría transfigurarme, pero no en profetas del pasado. Para eso hay que tener madera de santo, y mis pecados son demasiado carnales para permitirme volar tan alto.


Me cambiaría por ella, para ser yo quien mirara con esos ojos de interrogante.


Me cambiaría por ella para volar lejos, alto y escapar de mi cárcel. No sirvo para cadenas y encierros. No tengo esencia de preso.


Me cambiaría por ella para reventar por dentro. Para estrellarme en el pico más alto, en la cumbre del campanario.


Veo gigantes en hojas de papel, el eco de una mano amplificada, dibujando pesadillas y alacranes que devoran y amputan cada trozo de mi piel.


Cada mañana, sueño que soy ella.


Obra de; @zecarrion

No hay comentarios:

Publicar un comentario