lunes, 25 de octubre de 2021

Tiempo


 

No era fácil encontrar, en la ciudad inabarcable de los cipreses, un espíritu afín.


Pero allí estaba. Sentada, tímida, en un banco de piedra.


Aguardaba impaciente a su embajador y guía por el sagrado recinto del eterno silencio.


A ambos les poseía, casi dominaba, una quietud que les hacía pensar en la futilidad de lo mundano.


Un lugar donde el hiperrealismo de Hucleux se encarnaba en tragedias fraternales, gritos dolientes y recuerdos pétreos del pasado.


Los riscos del ocaso tomaban su primera bocanada de aire.


Y entonces, lo vi claro; todo lo que no es vida, se desvanece a su lado.


Obra de; Hucleux (Jean Julien Olivier)

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